En una época de constante cambio donde las mujeres de esta nueva generación adquirimos la responsabilidad y el compromiso de prepararnos para sacar adelante a nuestro país, nuestro deber es buscar los medios y las herramientas de conocimiento para lograr una visión integral en la que converjan los valores, la realidad política, económica y social con las labores diarias que en la actualidad recaen en el sexo femenino a través de los diversos roles que desempeña.
Con el paso de los años, han sido cada vez mayores las oportunidades de emitir opiniones, de ser tomadas en cuenta e incluso de liderar no sólo los núcleos familiares, que conforman la base de la sociedad, sino también la dirección de altos puestos a nivel corporativo, por lo que podemos decir que el futuro de un desempeño exitoso del país y del mundo depende de las buenas decisiones, ejecuciones e interacción entre hombres y mujeres basados en conocimientos sólidos y esfuerzos conjuntos para lograr el éxito de los objetivos planteados que se verán reflejados en prosperidad y el bien común.
Desde pequeña mi madre y mis maestros me enseñaron a tomar el gusto y el placer por aprender. Poder escuchar y conocer a través de las experiencias y conocimientos de otros siempre es enriquecedor, ya que me permite crecer, discernir y hacerme mi propio juicio sobre las cosas y temas tratados. A lo largo de los años, “aprender” ha tomado significado: es alimentarse, descubrir, abrirse al mundo, abrir los ojos, tener herramientas para ser mejor, son las bases para hacer algo diferente, para hacer algo grande. Es por esto que la escuela y en específico estudiar, ha sido algo importante en mi vida.
Estudié la carrera de comunicación, y desde antes de terminar la universidad comencé mi carrera profesional en el área de relaciones públicas.
El ámbito laboral era distinto al mundo al que estaba acostumbrada. Comenzar a trabajar me hizo darme cuenta que el mundo no era color de rosa, fue abrir los ojos y ver que la realidad se ve afectada de manera directa por el entorno económico, político y social no sólo de mi país, sino del mundo, que todo está relacionado y que todo repercute de una manera u otra.
En este nuevo capítulo de mi vida, me di cuenta de la importancia que tiene el poder de decisión, de la información, de la comunicación, de las acciones, los tratos, los modos, la educación, el valor de los recursos humanos para el éxito y logro de los objetivos y metas en común, del valor de la responsabilidad y de lo importante que es ser un buen líder.
A lo largo de este ciclo, he podido conocer hombres y mujeres que juegan papeles importantes como líderes de empresas, que influyen a nivel nacional e internacional.
Poder escuchar a altos directivos a cerca de su percepción sobre el entorno global, de la relevancia del desarrollo y la búsqueda por la innovación para un futuro mejor, la importancia de la responsabilidad social, de cuidar los recursos, así como la oportunidad que me ha brindado el trabajar para alinear sus estrategias al entorno y a los objetivos de crecimiento, de supervivencia, cuidar los recursos de la empresa, administrar los presupuestos, tratar con influenciadores, con los medios de comunicación, manejar la información en situaciones prósperas y de crisis; me ha permitido conocer el papel fundamental de las empresas en el mundo, tanto de las pequeñas, medianas y grandes compañías, que son fuente de empleo para miles de personas y por lo tanto las promotoras de la fluidez y crecimiento económico.
Es por este motivo que la función de un líder es primordial, ya que es quién dirige, quién encuentra oportunidades aún en tiempos de crisis, siempre con una visión integral y con estrategia para marcar el rumbo hacia el cumplimiento de los objetivos, sin dejar de lado el bienestar de su recurso humano.
A lo largo del tiempo, estos puestos fundamentales para las compañías habían sido ocupados por hombres de negocios, sin embargo con dificultad pero con éxito, poco a poco las mujeres han sido quiénes han tomado la dirección y la responsabilidad de estos altos mandos.
El papel de la mujer ha sido crucial para el desarrollo de la sociedad, ya que son ellas a través de sus distintos roles como amas de casa, como inculcadoras de valores, las que propician la unión familiar, además del papel que por distintas circunstancias ahora desempeñan también como ejecutivas con la responsabilidad de tomar decisiones y sostener con éxito las tareas encomendadas en el ámbito laboral. Según el Instituto Nacional de las Mujeres, desde la incursión de la mujer en el terreno laboral se ha visto una correlación directa entre las expectativas de vida de la sociedad con la educación de ellas, ya que por cada año de estudio es una año más de vida. Esto se debe a que las madres de familia cuentan con la información necesaria y dan mayores atenciones y cuidados a sus hijos. Por ejemplo las vacunas.
Sin embargo, no ha sido tarea fácil para la mujer poder tomar estos cargos, ya que la cultura mexicana se inclina por dejar al frente de los puestos directivos al sexo masculino, marcando así una gran desventaja para el desarrollo profesional de la mujer. Por ejemplo, según datos del Índice de Potenciación de Género, tan sólo el 1% de la riqueza en el mundo está en manos de la mujer, de los puestos más altos del sector privado menos del 10% son mujeres y finalmente, a nivel mundial sólo 12 mujeres son jefas de estado.
Aún nos queda un largo camino por recorrer. Es por este motivo que me parece de gran importancia el ser una mujer preparada y contar con conocimientos actualizados, sumado a una red de contactos estratégicos que permitan afrontar los retos que se presenten, así como el tener un crecimiento personal y profesional.
Si tuviera la oportunidad de integrarme al IDEM, mi objetivo sería el alcanzar los conocimientos necesarios para adquirir la capacidad de dirección, siempre bajo una visión integral y un criterio que me permita entender la coyuntura actual por la que está pasando el mundo y poder integrarlo de esta manera a los conocimientos y experiencia que he adquirido en comunicación, para así poder aplicarlos en pro de mi entorno y el desarrollo de mi país.
Desde pequeña mi madre y mis maestros me enseñaron a tomar el gusto y el placer por aprender. Poder escuchar y conocer a través de las experiencias y conocimientos de otros siempre es enriquecedor, ya que me permite crecer, discernir y hacerme mi propio juicio sobre las cosas y temas tratados. A lo largo de los años, “aprender” ha tomado significado: es alimentarse, descubrir, abrirse al mundo, abrir los ojos, tener herramientas para ser mejor, son las bases para hacer algo diferente, para hacer algo grande. Es por esto que la escuela y en específico estudiar, ha sido algo importante en mi vida.
Estudié la carrera de comunicación, y desde antes de terminar la universidad comencé mi carrera profesional en el área de relaciones públicas.
El ámbito laboral era distinto al mundo al que estaba acostumbrada. Comenzar a trabajar me hizo darme cuenta que el mundo no era color de rosa, fue abrir los ojos y ver que la realidad se ve afectada de manera directa por el entorno económico, político y social no sólo de mi país, sino del mundo, que todo está relacionado y que todo repercute de una manera u otra.
En este nuevo capítulo de mi vida, me di cuenta de la importancia que tiene el poder de decisión, de la información, de la comunicación, de las acciones, los tratos, los modos, la educación, el valor de los recursos humanos para el éxito y logro de los objetivos y metas en común, del valor de la responsabilidad y de lo importante que es ser un buen líder.
A lo largo de este ciclo, he podido conocer hombres y mujeres que juegan papeles importantes como líderes de empresas, que influyen a nivel nacional e internacional.
Poder escuchar a altos directivos a cerca de su percepción sobre el entorno global, de la relevancia del desarrollo y la búsqueda por la innovación para un futuro mejor, la importancia de la responsabilidad social, de cuidar los recursos, así como la oportunidad que me ha brindado el trabajar para alinear sus estrategias al entorno y a los objetivos de crecimiento, de supervivencia, cuidar los recursos de la empresa, administrar los presupuestos, tratar con influenciadores, con los medios de comunicación, manejar la información en situaciones prósperas y de crisis; me ha permitido conocer el papel fundamental de las empresas en el mundo, tanto de las pequeñas, medianas y grandes compañías, que son fuente de empleo para miles de personas y por lo tanto las promotoras de la fluidez y crecimiento económico.
Es por este motivo que la función de un líder es primordial, ya que es quién dirige, quién encuentra oportunidades aún en tiempos de crisis, siempre con una visión integral y con estrategia para marcar el rumbo hacia el cumplimiento de los objetivos, sin dejar de lado el bienestar de su recurso humano.
A lo largo del tiempo, estos puestos fundamentales para las compañías habían sido ocupados por hombres de negocios, sin embargo con dificultad pero con éxito, poco a poco las mujeres han sido quiénes han tomado la dirección y la responsabilidad de estos altos mandos.
El papel de la mujer ha sido crucial para el desarrollo de la sociedad, ya que son ellas a través de sus distintos roles como amas de casa, como inculcadoras de valores, las que propician la unión familiar, además del papel que por distintas circunstancias ahora desempeñan también como ejecutivas con la responsabilidad de tomar decisiones y sostener con éxito las tareas encomendadas en el ámbito laboral. Según el Instituto Nacional de las Mujeres, desde la incursión de la mujer en el terreno laboral se ha visto una correlación directa entre las expectativas de vida de la sociedad con la educación de ellas, ya que por cada año de estudio es una año más de vida. Esto se debe a que las madres de familia cuentan con la información necesaria y dan mayores atenciones y cuidados a sus hijos. Por ejemplo las vacunas.
Sin embargo, no ha sido tarea fácil para la mujer poder tomar estos cargos, ya que la cultura mexicana se inclina por dejar al frente de los puestos directivos al sexo masculino, marcando así una gran desventaja para el desarrollo profesional de la mujer. Por ejemplo, según datos del Índice de Potenciación de Género, tan sólo el 1% de la riqueza en el mundo está en manos de la mujer, de los puestos más altos del sector privado menos del 10% son mujeres y finalmente, a nivel mundial sólo 12 mujeres son jefas de estado.
Aún nos queda un largo camino por recorrer. Es por este motivo que me parece de gran importancia el ser una mujer preparada y contar con conocimientos actualizados, sumado a una red de contactos estratégicos que permitan afrontar los retos que se presenten, así como el tener un crecimiento personal y profesional.
Si tuviera la oportunidad de integrarme al IDEM, mi objetivo sería el alcanzar los conocimientos necesarios para adquirir la capacidad de dirección, siempre bajo una visión integral y un criterio que me permita entender la coyuntura actual por la que está pasando el mundo y poder integrarlo de esta manera a los conocimientos y experiencia que he adquirido en comunicación, para así poder aplicarlos en pro de mi entorno y el desarrollo de mi país.
Por Laura Pastrana
Ensayo para ingresar al IDEM del IPADE.
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