Saturday, April 14, 2012

Historia de una noche

La última noche en Bélgica es una de esas para recordar.
Había sido anticipada la promesa de perdurar por el sólo hecho de comenzar entre risas y bromas con tanta naturalidad. "Hola" y una respuesta en español que me hizo reaccionar y saber que me entendían, un "la edad no se pregunta, pero ¿Cuántos me calculas?" R: "mmm… treinta y…" Seguido del más sincero, franco y simpático "hija de puta!!!" que me hayan dicho jamás.
Intercambio de teléfonos y la promesa de salir por la noche a dar una vuelta y beber una cerveza por Bruselas, él y yo.

Dos cosas teníamos en común. La primera quedarnos solos en un lugar nuevo para ambos, él llegaba a vivir mientras que para mi era mi única y última noche de juerga tras haber despedido a Karina que había partido hacia Holanda, y la segunda era Madrid, la ciudad en la que él hasta esa mañana había vivido durante ocho años y para mi, mi casa.

llamadas cortadas, mensajes sin responder por falta de crédito, favores de Carmen y Juli que desde la distancia nos ayudaron para poder encontrarnos fue el inicio de la noche que siguió entre anécdotas, marcha de un bar a otro, prueba de más de seis tipos de cervezas diferentes, miradas, juegos de manos y risas que hacen que "Delirium" de cierta manera sea especial.

Un paseo por la ciudad, la búsqueda de comida, Elvis Crespo, un baile, unas papas con tampico, la gente pasar a nuestro alrededor, una regadera, palabras al oído, una despedida con un largo abrazo cariñoso y un "Adiós" que le dan la bienvenida a su estancia y la despedida a un gran viaje.