Monday, March 26, 2012

¿Cómo hacer para viajar?

Muchos se preguntan si vine a estudiar o a viajar, pues la respuesta es: "una no es excluyente de la otra".

Si bien vine a estudiar, parte de la experiencia de vivir en Europa para mi es justo el poder viajar y conocer lo más que pueda sin descuidar la escuela y hasta que el dinero me alcance.

Entonces lo primero que la gente piensa es que he venido aquí forrada de euros, por lo mucho que estoy viajando, y la respuesta es "no, I wish!"

Surge ahí la segunda pregunta, ¿Entonces cómo haces?
R= Con administración.

Así es, administrando mi tiempo, ya que si bien tengo clases sólo viernes y sábados, entre semana tengo actividades de la Fundación, tengo que hacer trabajos y exámenes, asistir a conferencias, el proyecto final de Máster, así como labores domésticas de las que antes no estaba encargada y que resulten mucho tiempo.
Apelando a la flexibilidad de horarios y a la administración del tiempo, una semana nos encerramos por completo para terminar o adelantar lo más que se pueda hacer y tener el resto libre.

En cuanto a la administración del dinero, es todo un arte. Aquí lo que he hecho:

1-Del presupuesto total para el mes, intento ahorrar dicto la cuarta parte o si se puede hasta la mitad.
De lo que queda aparto para gastos fijos y lo que queda lo dejo para gastos libres, gustos y diversión.
El presupuesto destinado para gastos, gustos y diversión lo divido por días, así sé cuánto me puedo gastar diariamente y trato de no salirme de eso. Si un día no me gasto el total de lo que tenía libre para ese día, lo sumo a la cantidad disponible para el siguiente, o si me gasto más de la cuenta lo resto al presupuesto del día que viene. Así al terminar la semana hago "corte de caja" y lo que sobró lo ahorro directamente.
Nota: hay momentos en que no puedo seguir este método del todo, pero lo que sea que se pueda ahorrar es bueno.

Otros tips:
2-Hacer súper y cocinar. Comprando en el mercadillo y no en los supermercados cosas preparadas
3- Comer en casa y llevando lunch al salir.
4- Procuro salir a comer máximo una vez a la semana. Por el bien de la economía busco menús que por máximo 15 euros incluyan primero y segundo tiempo, bebida, postre y/o café, o tapas que por el costo de la bebida incluye algo que comer.
5- Evito comparar cosas que no necesito, antes de comprar lo que sea pienso ¿Es una necesidad prioritaria? ¿No puedes vivir sin ello? ¿La relación costo beneficio es conveniente? ¿El objetivo es una compra a largo o corto plazo? ¿Merece la pena la inversión? Y gracias a Dios siempre están a mi lado personas que me hacen entrar en razón y me apoyan recordándome que la prioridad es viajar, o que me hacen ver que no puedo dejar pasar la oportunidad de comprar algo porque realmente es bueno, lo necesito, es útil y/o me queda bien, o mas bien no.
6- Para evitar comprar especialmente ropa, zapatos, perfumes, cosméticos y bolsas, pienso: estoy aquí y viajar es mi prioridad, ir de compras lo puedo hacer en otro momento y en cualquier lado. Otro pensamiento que me ayuda es el comparar precios: unos flats me cuestan 20 euros, un vuelo a Suiza lo puedo encontrar por 8 euros más. Un pasaje a Barcelona cuesta 5 euros más. Y así se me quita la tentación.
7- Caminar es la opción, antes de usar transporte público, a menos que la distancia lo requiera y así que aproveche mejor el tiempo. Los taxis están casi vetados, a menos que sean compartidos y salga en el precio del bus.
En caso de usar transporte público, analizo si es conveniente comprar abono semanal o por el tiempo total de la estancia, así generalmente sale más barato.
8- Todo descuento o promoción es bueno. Ojo: no hay que dejarse llevar, muchas veces lo barato sale caro. Hay que analizar si es conveniente o no.
9- Si salgo de fiesta, procuro no beber más de 2 copas en el bar, ya que de eso son aprox. 15 euros. El pre-copeo en casa es la opción.
10-Para viajar buscar los vuelos más baratos para definir el destino de viaje o en su caso comprar con anticipación para así alcanzar los mejores precios, ya que mientras más cercana está la fecha más caro sale todo.
11- El hospedaje es siempre en hostales o en casa de amigos o conocidos. Uno no pasa mucho tiempo en el hostal, es solo para dormir, por tanto no amerita una gran inversión, sin embargo un lugar limpio, seguro y céntrico, que incluya sábanas y desayuno es básico.
Hostelworld o Hostelbookers es el mejor aliado para encontrar buenos lugares y a buen precio.
12- Leer antes de viajar se ha vuelto indispensable, así se aprovecha mejor el tiempo, no das vueltas, vas directo sabiendo precios, armas rutas y evitas gastos de ir y venir a algún lugar al que tienes que llegar corriendo para lograr entrar.
13- A parte de ser autodidacta, otra forma de conocer son los free tours, así que no hay que olvidar preguntar en los hostales o en los centros de información sobre estos, así la propina es el costo del mismo.
14- Desayunar bien es importantísimo, ya que generalmente la siguiente comida fuerte será hasta las 7 u 8 de la noche.
15-Llevar una mochila con agua, fruta, barritas o unas galletas, yoghurt, queso o un sandwich siempre es mejor que comprar cualquier cosa en la calle.
16- Traer la credencial de estudiante es básico, siempre hay mejores precios y/o descuentos, e incluso muchas cosas son gratuitas.
17- Nunca está de más preguntar si hay algún descuento o promoción que se pueda aprovechar. Lo más que puede pasar es que te digan que no hay nada y el "no" ya lo teníamos por adelantado.
18-Compartir lo que se pueda compartir también es una manera de ahorrar, así si hay algo que probar, no te quedas con las ganas, se hace con moderación y no se gasta mucho.
19- Si conoces a alguien que te pueda dar consejos de a dónde ir y qué conocer, aprovechar es la opción, seguro hay algún tip que puede ayudar a ahorrar y administraras mejor.
20- Han sido borrados de mi mente el comprar recuerdos. Mucho dinero se va en comparar cosas para los amigos, la familia, el novio y el amigo del amigo que se enteró del viaje. Como tampoco colecciono nada pues rara vez me compro algo. No necesito comprar recuerdos, esos me los llevo yo estando ahí y viviendo el paseo. Así que como quiero seguir viajando y bajo la idea de "por "X" euros más viajo a otra parte", no hay regalos ni souvenirs para nadie. Para compartir con los demás están las fotos.

Finalmente, cuando viajo no es con la idea de padecer, sino al contrario, la idea es disfrutar. Si ya estoy tan lejos intento conocer lo más y probar todo que haya que probar y muchas veces eso no requiere de mucho dinero, y si lo requiere, pues mucho me limito en el diario para no invertirlo en vivir la experiencia al máximo.

En el día a día, una frase que ahora es la premisa del grupo con el que viajo y con el que vivo es: "Todo suma, así que todo lo que se pueda ahorrar es bueno".

Agradecimientos especiales:
A Erika, a todos los amigos y a los amigos de mis amigos por haberme recibido :)
A Fátima por enseñarme a ahorrar todas las monedas y la administración con sobres.
A Carmen, Juli y Ana Mara por enseñarme a planear y a leer antes de viajar.
A Karina por enseñarme a busca hostales.
A Blanca, Karina y María por enseñarme a disfrutar del turismo mochilero.
A Poncho y a Paty por enseñarme a disfrutar desde siempre el arte, gusto y el placer de viajar y apoyarme en las decisiones de cada aventura que emprendo.
A Marta por prestarme su maleta
A los del máster, a los amigos y a todos aquellos que han compartido tips y recomendaciones para hacer que nuestros viajes sean gratas aventuras.

Wednesday, March 21, 2012

Cuando el amor nos ciega y el sexo nos vuelve estúpidas

Siempre he dicho que quienes se embarazan en esta época es porque quieren. No es por falta de información, ni por ignorancia, ni por falta de acceso a métodos anticonceptivos, ni porque sean muy caros, a quien le pasa ahora es porque se lo buscó.

Me recuerdo perfecto diciendo yo aunque tenga marido voy a usar condón, porque uno no puede apostar y meter las manos al fuego por nadie"; lastimosamente lo decía cuando no estaba del otro lado, cuando el amor no me había cegado y el ser condecendiente en el sexo y/o en muchos otros aspectos, no era una opción.

Sólo pido que el amor no me ciegue, que el sexo no me vuelva estúpida y que no se me olvide nunca que alguna vez he estado en ambas situaciones. Que el corazón no gobierne solo, la razón no juzgue sin tomar en cuenta emociones y sentimientos y mi vida se guíe por el Co- Razón.

Venecia

No sabia que tenía tantas ganas de conocer esta hermosa ciudad.

Todo comenzó en el tren de Milán a Venecia, ahí conocí a un productor de cine de LA y a una abogada especializada en propiedad intelectual. Ella le preguntó que si LA es como en las películas, para mi estar en Venecia era estar en una película.

Supe que para mi era cumplir mi propia historia de Hollywood al ir caminando por sus callecitas llenas de tiendas, donde la gente luce sus abrigos, gorros y guantes, al escuchar a los inconfundibles mexicanos cantando en las góndolas, cada que un italiano aventaba besos, al disfrutar desde lo alto de la torre la vista panorámica de la ciudad, al ver el atardecer desde el Gran Canal.

Caminé a la orilla del canal, resistí al frío, caminé junto a los enamorados, cené una crema con licor que se llama Zabaione en el café Florian, el más antiguo de la ciudad, disfruté de los hermosos paisajes anhelando dos cosas: tener un buen fotógrafo permanente que me retratara en cada uno de esos momentos que tanto me gustaron y que hubieras llegado para que estuvieras aquí conmigo, a mi lado.

Primera parada: Milán

Giulia, amiga de mi hermana me recibiría en su casa. Durante el tiempo que estuvimos en contacto previo a mi llegada ¡se portó divina! Me dio instrucciones exactas de cómo llegar y qué hacer desde el momento de poner un pie bajo el avión.
En nada se equivocó. Saliendo encontré el bus que me llevaría a la estación central, tomé un taxi llegando ahí y listo! Estaba en su casa. Dejamos mis cosas en casa del vecino, desayunamos, nos actualizamos sobre nuestras vidas y me explicó cómo llegar a los puntos principales de la ciudad, ya que ella tenía que estudiar para un examen, por tanto no podía salir.

Milán: una ciudad que cambió mi percepción de Italia, específicamente de Roma. La gente muy amable, más respetuosos con los peatones, más ordenados, manejan mejor, no hablan inglés, pero se esmeran por explicarte en italiano mientas uno habla español, finalmente uno acaba a señas y diciendo "gratzie". Es una linda ciudad sin muchas cosas por ver si se compara con otras grandes, pero fue perfecta para los dos días que estuve.

Amé caminar sola por sus calles, ver tantos edificios romanos, disfrutar del poco alumbrado navideño que este año hay por la crisis, recorrer El Duomo, El Castello Sforezco, entrar al museo del Castillo, la pinacoteca de Brera sin prisa por terminar, pude leer los letreros, platicar con un copista de UK que me habló de Caraballo y su afición por pintar el contraste de la luz y las sombras, serví de traductora entre una italiana que no parlaba el españole y el pintor que no hablaba italiano.

Tuve la fortuna de conseguir entradas para la última cena de Da Vinci, un concierto de música gratuito en el teatro y a un concierto de Navidad por la Filarmónica de Milán en el Teatro alla Scala, que parece de película. Comí helado de pistache con chocolate, la tradicional rebanada de pizza, caminé por el parque, me senté a comer un pedazo de queso, mientras que caminando disfrutaba de manzana, yoghurt y unas galletas que Giulia me dio de lunch.
Me reí sola de mi misma intentando comunicarme, de cosas que veía, de las reacciones de la gente, de los que definitivamente no sabe tomar fotos, disfruté mucho cada cosa que veía, cada fotografía que se quedaba en mi memoria, así como el sentir que podía moverme y sin problema saber regresar a casa, incluso del desastre de idiomas en mi cabeza, ya que aquí se escucha desde chinos hablando español, rusos y algunos italianos hablando inglés, filipinos masticando inglés y hablando italiano, y yo una mexicana que intenta saludar en italiano, seguir la conversación en español y termina tratando de explicar lo que no entienden en inglés, como sucedió con los vecinos de enfrente sin que finalmente llegaran a entender porqué quería entrar a su casa a buscar mi maleta.

En Milán comencé a extrañar a esas personas con las que he convivido estos últimos tres meses.
Llegando a la ciudad el taxista traía la canción brasileña de moda "delicia, delicia…" de inmediato me acordé de Ana Marita y el Tigre. En los azulejos veía a Juli, en los cubiertos de cocina a Marta y a Carmen, cuando veía a alguien tomando fotos con una cámara profesional recordaba a Carmen al igual que cuando alguien me tomaba una pésima foto.
A mi familia ni se diga, siempre están en mi mente. Las flores, los diseños de interiores y de ropa, las boinas, los relojes, algunos paisajes…

Dormí como un bebé en una cama grande como la que no tengo desde hace al menos 3 meses, bebí café delicioso, investigué por la noche qué hacer y cómo llegar, hablé de mi familia con alguien que los conoce.

Milán significó perder el miedo, estar conmigo, comenzar la aventura, mejorar mi percepción de Italia y gracias a todas las atenciones de Giulia, sentirme como en casa.

Cómo meter casi un mes en 55 x 40 x 20 cm?

Una noche antes de partir no había dormido ni un minuto.
Había sido una tarde presionada, no podía lanzarme a conocer el mundo sin antes enviar un ensayo que sería el examen del módulo De Gestión y organización de la cadena de Valor. Cuando por fin terminé, elegir qué llevar para lugares de tanto frío y meter todo en 55 x 40 x 20 cm no fue nada fácil.
Metí y saqué todo de la maleta seis veces, en cada filtro salieron cosas, hasta llegar a 1 pantalón, 5 blusas, 2 medias y guantes térmicos, 2 blusas de vestir, 1 vestido para navidad, pijama, 4 gorros, 2 bufandas, ropa interior para 5 días, calcetines, 1 toalla, chanclas de baño, todo para el aseo y arreglo personal, regalos para las personas que veré en estos días, medicina por si me ataca la gripa, chicles, cargador del celular, boletos de avión impresos y 1 libreta. ¿Cómo metí todo eso? NI IDEA!! Sólo recordaba cada que volvía a sacar y meter las cosas el consejo de quien me acompaño desde Nueva Zelandia con la planeación de todo el viaje: "¡Sé práctica! Lleva cambio para 5 días y con eso la haces, además con el frío que hace lo único que saldrá en las fotos es el abrigo, nadie va a ver lo que traes abajo"
Pensando en eso y encaprichada con que lo único que ha que cambies de look es el gorro y las bufandas, preferí sacar un pantalón y meter tantos gorros y bufandas para no verme igual en las fotos.
Así que llevaba puesto: 1 blusa térmica, una playera encima, suéter de lana, un abrigo sobre otro, medias térmicas, jeans, calcetines térmicos, gorro, guantes y bufanda… me veía ri- dí- cu- la!!!

Llegó el taxi 3:40 am, llegué a la parada del bus en Alcalá, esperé 40 min en la calle, por supuesto sin sentir nada de frío, hasta que llegó el bus de las 4:30, ya que el que yo esperaba a las 4:00 nunca llegó.
Llegué a Av. América, y esperé tan solo 5 min para tomar otro que me llevaría al aeropuerto.
Llegando ahí, ingresé sin problema, me subí en el avión y caí rendida la hora y media que duró el vuelo.

Tres cosas que hoy sé

Hay días en los que no me creo estar aquí, sola del otro lado del mundo, viajando, dándome un brake de todo, empezando de ceros y construyendo una nueva vida.
Justo aquí, justo ahora me detengo y me doy cuenta que no soy más como era en muchos sentidos, pero en muchos otros soy la misma pero reforzada, que probablemente ahora valoro cosas que ni siquiera pensaba antes y que lo que tanto estaba buscando como el probarme a mi misma que podía valerme sola, ser auto suficiente, responsable al 100% de mi, es ya una prueba superada.

Estos cinco meses que ya han pasado se me han ido volando, llenos de anécdotas y cosas triviales del diario que en su momento son grandes faenas.

No sé que vaya a ser de mi vida, pero tengo claro tres cosas: que cuando mejor la pasas más rápido se pasa el tiempo, que no me queda mas que seguir disfrutando de mi pequeña burbuja sin agobiarme por el mañana y que aún no quiero volver.

La nota del regalo de bodas

El amor no es y no puede ser un simple afecto. No se trata de costumbre o de amabilidad. El amor es locura, es el corazón que late a dos mil por hora, la luz que surge de noche en pleno atardecer, las ganas de despertarse por la mañana sólo para mirarse a los ojos. El amor es ese grito que llama y te hace comprender que es hora de cambiar.

Da el paso sin miedo alguno, que tu corazón ya sabe a quien le pertenece y disfruta cada momento de esta nueva etapa que será por siempre.

Te quiere,
LP.

Sin aduana

Conversamos un rato y cuando nos despedimos me dijo "te extraño mucho y me da tristeza que no estés aquí".
No pude evitarlo, le respondí sin aduana, sin filtros: "Madre, no estés triste, que yo estoy muy feliz aquí, así que tu debes estar feliz de saberme tan bien. Yo no te extaño, te pienso mucho y te recuerdo porque hay momentos y cosas que me encantaría compartir, pero extrañar como tal, no lo hago".

Se limitó a responder: "sin palabras"

Silencio…
Y así durante dos días.

Te ves muy feliz…

Era uno de esos días en los que sin motivo alguno simplemente te sientes preciosa, sonríes por todo y disfrutas el momento que estás viviendo.
Caminaba por las calles de Estocolmo, a menos cinco grados pero con un cielo azul precioso, un sol brillante que calienta poco y la nieve que emblanquecía el momento.
Ya me lo había dicho Diego: "no hables con extraños", pero esa no soy yo, así que no le hice caso.
De frente me topé a una señora que iba acompañada de su perro, le sonreí y la saludé mientras me seguía de frente. La señora se regresó y me dijo: "¿Estás bien? Te ves muy feliz". No comprendía su pregunta, pero le respondí que sí, que simplemente estaba muy feliz porque estaba de vacaciones, que disfrutaba el paisaje y que aún no creía que estuviera tan lejos de casa.
Sorprendida de mi respuesta, me dijo que disfrutara de mi día. Me sonrió y siguió su paso.

¡Por Dios! ¿Qué clase de pregunta es esa? Me eché a reír y seguí caminando disfrutando del regalo de poder vivir eso.

Historias como de cuento…

Aunque sabemos que la vida no es como los cuentos de hadas, en el fondo esperamos que el "Príncipe azul" llegue como en esas historias.

Érase una vez una chica llamada Patricia, sus amigos le decían "Pat". Estaba de vacaciones en la ciudad de Valencia, España, con dos amigas más, Juli María y María del Carm, mejor conocidas como María 1 y María 2.
Las tres viajaron felices para conocer Las Fallas de Valencia. Pepe Tony y Martha Lupita vivían en tal provincia, y como eran amigos de Pat muy amablemente les dieron asilo.

Era el último día de su estancia, así como la última mascletada. Llegaron una hora antes del inicio para agarrar un buen lugar y disfrutar del estruendor que haría vibrar sus cuerpos.

María 2 estaba de un lado del tumulto, mientras que Pat, María 2, Martha Lupita y Pepe Tony estaban del otro. El chico compró un par de cervezas, las bebieron para esperar a que empezara la mascletada, platicaban y reían entre el tumulto que cada vez era mayor. Pat tiró su lata al suelo para aplastarla y comenzó a pisar las que estaban cerca para juntaras y llevarlas al bote correspondiente, pero de pronto una lata se le fue para atrás, y sin mirar hacia otro lado fue "a por ella" y la acercó con su pie sin importarle que estuviera entre los pies de un chico. Ya que la había hecho suya, levantó la mirada y dijo "ups! Perdona" y él respondió tan sólo moviendo la cabeza asintiendo que no había problema. Sin más ella le dijo, "es que estoy juntando las latas", pero justo cuando lo dijo se dio cuenta que él era demasiado güero, por lo que asumió que era extranjero, así que le preguntó "¿Hablas español o estoy aquí hablando y no me entiendes?" Y él sonriendo le dijo "Sí, si hablo español". Los dos sonrieron y Pat se volteó para seguir conviviendo con sus amigos.

Mas tarde ella le pidió que les tomara una foto, él se las tomó y comenzaron a charlar. Joakim Ceder estaba de paseo por las Fallas es sueco, tiene 26 años y estudia español en Barcelona. Pat hacía dos meses había ido a Estocolmo, por lo que tuvieron tema en lo que esperaban que el espectáculo empezara.

Disfrutaron de la mascletada, y en el último minuto antes de terminar cayó del cielo un pedazo de cuete en el brazo de Pat aún caliente, ¿Acaso esa era la señal? ¿Sería así la manera en que el cielo le indicaría que era él?

Terminando los fuegos pirotécnicos, Pat les mostró a sus amigos la quemada en su brazo, a lo que Tony contestó dirigiéndose a Pat y a Joakim: "es una señal!! Qué suerte!! Quiere decir que de ahora en adelante vienen cosas buenas ¿Cierto?" y todos rieron.
Pat y el sueco se despidieron e intercambiaron datos para estar en contacto. Mientras Pepe Toño y Martha Lupita esperaban unos pasos atrás, María 1 corrió a buscar a María 2 que esperaba al otro lado. Joakim presionado por el pasar de la gente y traicionado por la tecnología, anotó los datos de Pat, pero en un instante se le borraron, así que se alargó el momento mientras anotaba de nuevo.

Se despidieron de dos besos, como lo hacen los españoles, y sin más se fueron cada uno por su parte.

Horas más tarde, antes de emprender el regreso a Madrid, Pat revisó su CaraLibro y ahí estaba, un request de Joakim para ser amigos. Le dio aceptar y así se fue contenta, con una nueva historia que le alegró más el viaje.

Survivors. Una bomba a en las vías del tren.

Camino a Gante para hacer una parada entre Brujas y Bruselas, el tren se detuvo súbitamente. La gente comenzó a escuchar con atención las instrucciones y molestos por lo que decían comenzaron a bajarse del vagón. Una señorita se acercó y nos dijo a Karina y a mi en inglés que teníamos que bajar, sin más explicaciones.

En el andén todo el mundo preguntaba en holandés sobre qué era lo que pasaba y hacia dónde ir. Por fin alguien explicó en inglés: Encontraron una bomba en las vías, en el trayecto de Brujas a Gante por el que nuestro tren debía pasar. La única opción era salir de la estación y esperar un bus para llegar a nuestro destino. Todos salimos de la terminal a esperar aún sin creer lo que estaba pasando. De pronto con silbidos y gritos desde el andén nos llamaron de regreso para darnos nuevas instrucciones.
La gente ahí perdió la paciencia, ya que nos decían que subiéramos de nuevo para llevarnos de vuelta a Brujas donde podríamos tomar otro tren que nos llevaría por una vía alterna.

Nos subimos de nuevo. Camino de regreso nos avisaron que ya todo estaba bajo control.
Afortunadamente no pasó a más y queda esto como una anécdota más de viaje que paró en subir y bajar un montón de escaleras cargando la maleta de 20 kilos.

De broma decimos que "hierba mala nunca muere", pero lo que si es verdad es que esta es una muestra más de que allá arriba nos cuidan desde cerquita.