Thursday, April 29, 2010

Un día más tarde.


La razón entró en mí, la cabeza fría me permitió pensar en lo que estaba haciendo, lo que estaba arriesgando por vivir aquello a lo que mis decisiones me estaba llevando.

A decir verdad, no había mucho que pensar, sabía que la respuesta era sencilla, NO.
Sin embargo sus palabras retumbaban en mis oidos y me daban vueltas en la cabeza, aún cuando sabía que no era lo que quería y que no me hácía sentir lo que ya conocía.

La decisión estaba en mi y sólo en mi. Pero la costumbre pesaba, la sola idea de su ausencia frenaba mi decisión. Aún cuando los momentos en que estuvimos juntos fueron relativamente escasos.

Intentaba recordar una y otra vez sus mentiras, sus misterios, sus arranques infantiles, su inmadurez, el poco valor de enfrentar las cosas cara a cara, el poco tiempo y valor que me daba, su silencio... sin embargo, aún a pesar de eso me era difícil dejarlo.

La comparación era simple: Cuando el refigerador está lleno, aunque no tienes hambre, sabes que en cualquier momento en que te dé podrás acercarte, abrir la puerta y encontrar cualquier cosa que satisfaga esa necesidad.
Su ausencia era equivalente a tener el refrigerador vacío, ya que aunque no tenía hambre, sabía que en el momento que me diera no habría nada para saciarla. Conformista.... quizá.

Pero el vaso se llenó. Racionalmete sabía que era momento de dejarlo ir, por mi propio bien era momento de dejar de arriesgarme de más, seguir mi vida, buscar lo que realmente quería.

¿Dolor? no sentía, ¿Tristeza? no sentía, pero sí un ligero sentimiento de pérdida y enojo conmigo misma por no hacer caso a las alertas, por no escuchar y por dejarme pasar límites que nunca debí.

Mi ego estaba herido, quería que me pensara, que me extrañara, que me buscara y eso tarde o temprano iba a pasar, el punto era tener la capacidad de responder firme y segura "NO", a lo que al momento quería decir Sí.

Un día mas tarde con la cabeza fría, pensando en mi, supe que el inicio era aceptar el error y convencerme a mi misma que lo mejor era buscar ayuda.

Tuesday, April 20, 2010

Cuando un rayo sí cae 2 veces en el mismo lugar

Nunca me dí cueta con qué pie me levanté.

Como todas las mañana a medio despertar me enfundé el pants, agarré mi maleta, bajé a la cocina donde mi mamá me esperaba con el desayuno, lunch y comida para el día.
Me despedí, me subí a mi coche y tomé camino para el lejano Santa Fe como a diario lo hacía.

Nunca debí cruzar esa puerta. De haber sabido jamás habría salido de las sábanas que me protegían de todo lo que estaba por pasar.
La radio y mis pensamientos sobre el trabajo y el silencio de aquel con quien estaba saliendo me acompañaban, así como buenos deseos de los amigos de twitter de lo que para mi no iba a ser un buen día.

Tomé la decisión de seguir derecho, en vez de dar vuelta como simpre lo hacía, y eso cambió el rumbo de las cosas.
No era raro que hubiera tanto tráfico, comenzaron todos a "aventar la lámina", una caminoneta a mi derecha me dejó pasar para incorporarme a tlalpan y justo cuando dí la vuelta delante de él, aceleró y se dejó venir la camioneta hasta raspar y sumir la lámina de la parte trasera derecha de mi "escoba".

El enojo y la impotencia se apoderaron de mi, nos orillamos, pidió disculpas y suplicó no llamar al seguro. El hombre de aspecto humilde no traía licencia, no tenía seguro, no era dueño de la camioneta. Traía equipo de cine que tenía que entregar para una filmación.
Juró responder, a cambio de que lo dejara llegar a trabajar. Creí en él y acepté unos papeles de la camioneta. Finalmente me quedé con el golpe y lo dejé ir.
Llamadas, mensajes, twitts de la gente preocupada por mi hicieron que mantuviera la calma.

Me subí a mi coche y de pronto el llanto vino a mi. Sentía impotencia, tristeza por lo que emocionalmete estaba pasando... todo se me juntó.
Sin embargo, intenté ser positiva y dejar de lado lo material, con el argumeto de que lo importante era que no había pasado a más y que todos estabamos bien.

Llegué al gimnasio, corrí un poco, me arreglé y llegué a la oficina. Pero el ánimo no se recuperó.
Después de la comida tomé camino al hospital para que me revisara y justo a 1 semáforo antes de llegar, el segundo rayo cayó.
Estaba parada esperando el verde, frente a mi del lado izquierdo una camioneta salió de su cochera en reversa. La ví aproximarse demasiado, comencé a tocar el claxon pero nunca se detuvo.
Increible pero cierto, por segunda vez en el día me habían chocado.

La paciencia se me había agotado, y aunque el golpe no había sido tan fuerte, con mala cara y la peor de las actitudes bajé. El hombre se disculpó de manera cortés, vimos la "herida de mi escoba" y sugirió pagarlo.
Marqué a mi papá para pedirle el teléfono del mecánico de confianza, al escuchar la caída del segundo rayo, evidentemente se enojó y me dijo que llamara al seguro.
El hombre de la camioneta comenzó a sugerir precios, hasta llegar a la ridícula cantidad de 100 pesos a cambio de lo sucedido. Después de su "oferta" llamé al seguro.
Subida en la escoba, a punto de quedarme sin pila en el celular lo publiqué en twitter, comencé a llorar y llorar sin consuelo alguno.
Sólo quería un abrazo, saber que todo iba a estar bien, que el día se iba a terminar y que podría volver al refugio que mis sábanas me daba.

Pensé en él, en el silencio ensordecedor que me estaba volviendo loca. Le escribí un mensaje, esperando su respuesta en un acto de "humanidad" y comprensión de mi situación: "Hoy ha sido el peor día de mis días del año. Me acaban de chocar por segunda vez en el día. Me siento impotente. ¿Si te pido que por favor, por hoy rompas el silencio lo harías?"
La respuesta fue clara, más silencio.

El seguro llegó y en mal momento se le ocurrió coquetearme.
Saludó, preguntó si estaba bien y al saber que no había pasado a mayores comentó "qué rico huele su perfume." No obtuvo respuesta de mi parte.
Su comentario me puso mal, me sacó de mis casillas y me recordó que a Él le gustaba mi perfume.

Al hacer las preguntas sobre el accidete, incluyo: "¿Cuál es el nombre de su marido", a lo que respondí con seriedad, no tengo marido. "¿Y tiene novio?"
Mi cara se lo dijo todo, cerró la boca y se fue a llenar los papeles a otro lado.
Era #LunesdeCafé con Fernanda, la vi, me escuchó llorar, me intentó calmar y me abrazó, pero esta vez no fue suficiete.

De camino a casa, pensaba en lo egoísta que él había sido, en lo asombrada que estaba de que las cosas fueran así, que no quisiera hacer una llamada o al menos enviar un mensaje para saber si estaba bien. Lo único que pedía era un abrazo, unas palabras que me hicieran sentir protegida y segura.
Estacioné la "escoba" y al segundo ahí estaba, parado en la puerta de la casa. Se acercó de inmediato sin mirar un segundo "los raspones", abrió mi puerta y sin más me abrazó.
Como siempre sus brazos me hacían sentir protegida, su pecho absorbía mis lágrimas y sus palabras me daban calma. "Tu día ya se terminó, por fin estás en casa y ya todo pasó. Lo importante es que estás bien."
Mi papá sin pedirle nada me dió todo lo que necesitaba en ese instante.
El efecto siempre ha sido el mismo, él siempre me hace sentir protegida. De chica cuando tenía pesadillas despertaba y subía a su recámara, lo sacaba de la cama y nos sentábamos con la luz prendida en las escaleras de madera que dan a la azotea. Abrazada de él lloraba por el mal sueño que había tenido, comenzaba a contarle desde la repetida escena que siempre anunciaba la llegada de mis pesadillas: Estoy en un jardín alejándome de las mesas donde mis papás estaban conversando con amigos en una comida. De pronto me veo caer a una zanja pegada a la pared blanca donde nadie puede verme, nadie puede oirme y es ahí cuando me sumerjo en las garras de la pesadilla.
Después de contarle, él me convencía de que era sólo un sueño, me llevaba a mi cama y se esperaba a mi lado hasta que me quedara nuevamente dormida.

Un minuto más tarde salió mi mamá para darme un cálido recibimiento y reconfortarme por todo lo que había pasado, se asomó vió el carro y me dijo "no se ve tanto, y me sonrió". Su mirada me lo dijo todo, estaba preocupada por mi. Con una sonrisa a medio pintar le contesté: "Para que veas que un rayo sí puede caer dos veces en el mismo lugar".

Todo lo que había pedido durante el día estaba en casa, con las personas que me quieren, que se preocupan y que siempre me apoyan.
Así fue el momento con el que cerré mi día, en el que ya no importaba el pie con el que me iba a la cama, ni con cuál despertara mañana, porque ya todo estaba en calma y sabía que al día siguiente tenía la posibilidad de comezar de nuevo y hacer las cosas diferentes.

Wednesday, April 14, 2010

Luchando por ser una mujer adulta


Desde siempre he tenido mucha comunicación con mi mamá, sin embargo, por un error donde la curiosidad ganó, se rompió la confianza que alguna vez llegamos a tener.

Dejé de contarle mis cosas, de compartir con ella abiertamente lo que pensaba, lo que sentía... perdiéndose así uno de los capítulos más importantes de mi vida.

La distancia y diversas circunstancias hicieron que nos acercáramos nuevamente, pero sobre todo, esas ganas de gritar a los cuatro vientos: "Soy una mujer adulta que puede tomar sus propias decisiones y que necesita sus tiempos y espacios".

¿Qué es lo que busco?

¿Libertad? Toda la tengo. Puedo salir a donde quiero, el día que quiero, llevar mi auto a todos lados, quedarme a dormir con amigos y amigas, ir de viaje, llegar de vez en cuando más tarde de mi hora de llegada (3:00 am)

¿Más comunicación? Puedo hablar cualquier tema con mis papás. El que sea.

Ahora que lo pienso con detenimiento, realmene no sé con exactitud porqué estoy luchando, pero siento esa necesidad de hacerlo. Creo que simplemente busco ser abiertamente una mujer adulta, decir las cosas como son, claro que con sus debidos límites, sin la necesidad de tener que inventar alguna excusa para poder vivir en libertad y con apertura mi vida sentimental y sexual, que a pesar de todo es privada y personal. Todo esto independientemene de si tengo o no una relación formal o estable con alguien.
Llegar a este punto en el que disfruto de los beneficios de esa relación familiar, no ha sido fácil. Se ha logrado después de muchas discusiones, peleas, alegatos de razones, llantos, e incluso casos en los que por defender una postura hemos llegado al "agarro mis chanclas y me voy".

Este último capítulo comenzó hace un mes, cuando mi mamá y yo fuimos al cine y por unas bebidas refrescanes. El tiempo se fue volando y la conversación se puso interesante: la actualicé de las historias importantes en mi vida, escuché las anécdotas que ella nunca antes me había contado y abiertamente hablamos de las implicaciones de una vida adulta, en la que el placer va de la mano con la reponsabilidad y las consecuencias de los actos. "No soy más una niña y no quiero mentir, no quiero buscar pretextos para decir que quiero estar con alguien, necesito espacio y tiempo para poder hacerlo". Por seguridad sabrás de manera honesta dónde y quizá con quién estoy, por respeto mutuo, no habrá detalles al respecto.

El trato se cerró y de manera comprensiva lo aceptó. Sin embargo, no era la primera vez que pasaba, sus palabras podían ser lo opuesto a los hechos.

Así fue...
Primero el silencio, llegaron los pretextos como: "no traes licencia, te lo digo por tu seguridad que tal que te pasa algo, ya es tarde (9:30 pm), regresa ahora..." y terminó con "haz lo que quieras" y colgó el teléfono.

Sabía que no iba a ser fácil, que ella estaba intentando asimiliar la situación, que quizá esa noche no iba a dormir y que no supo cómo reaccionar ante eso inesperado. Todo esto su mensaje me lo reafirmó: "Disculpa. Me preocupo por cuestiones de seguridad y económicas, se me olvida que eres solvente y que total, cualquier cosa pues lo pagas. Únicamente por favor ten protección. Nos vemos mañana."

No había una guerra por ganar, sólo era un campo en el cuál la idea era avanzar, y esta vez lo había hecho a pasos agigantados.

Esa noche, como una mujer adulta volví a mi casa a dormir como lo he hecho desde siempre.

Friday, April 9, 2010

Usa Protector Solar

Señoras y señores usen protector solar.

Si pudiera ofrecerles sólo un consejo para el futuro, sería éste: Usen protector solar.
Los científicos han comprobado los beneficios a largo plazo del protector solar, mientras que los consejos que les voy a dar no tienen ninguna base confiable y se basan únicamente en mi propia experiencia.

He aquí mis consejos:
Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud.
No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que se te haya marchitado, pero créeme, dentro de 20 años cuendo en fotos te veas a ti mismo, comprenderás de una forma que no puedes comprender ahora cuántas posibilidades tenías ante ti, y lo guapo que ereas en realidad. No estás tan gordo como te imaginas

No te preocupes por el futuro, o preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle.

Lo que sí es cierto, es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida, son aquellos que nunca pasaron por tu mente, esos que te sorprenden a las cuatro de la tarde de un martes cualquiera.

Todos los días haz algo a lo que le temas.
Canta.
No juegues con los sentimientos de los demás.
No toleres que la gente juegue con los tuyos.
Relájate.
No pierdas el tiempo sintiendo celos.
A veces se gana y a veces se pierde.
La competencia es larga y al final sólo compites contra tí mismo.
Recuerda los elogios que recibas.
Olvida los insultos, pero si consigues hacerlo, dime cómo.
Guarda tus cartas de amor.
Bota los viejos extractos bancarios.
Estírate.

No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres en la vida. Las personas más interesantes que he conocido no sabían qué hacer con su vida cuando tenían 22 años. Es más, algunas de las personas más interesantes que conozco tampoco lo sabían a los 40.

Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas, sentirás la falta que te hacen cuando te fallen.

Quizás te cases, quizás no. Quizás tengas hijos, quizás no. Quizás te divorcies a los cuarenta. Quizás bailes el vals en tu 75° aniversario de bodas.

Hagas lo que hagas no te enorgullezcas, ni te critiques demasiado. Siempre optarás por una cosa u otra como todos los demás.

Disfruta tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas.

No tengas miedo ni te preocupes de lo que piensen los demás, porque es el mejor instrumento que tendrás jamás.

Baila. Aunque tengas que hacerlo en la sala de tu casa.

Lee las instrucciones aunquee no las sigas.
No leas revistas de belleza, para lo único que sirven es para hacerte sentir feo.

Hermano y hermana juntos lo lograremos.
Algúnj día un espíritu vendrá y te llevará hasta el final
Yo sé que te han hecho daño, pero yo estaré ahí esperándote
y estaré ahí sólo para ayudarte cada vez que pueda hacerlo.

Aprende a entender a tus padres. Será tarde cuando ellos ya no estén.

Llévate bien con tus hermanos, son el mejor vínculo con tu pasado y probablemente serán ellos los que te acompañarán en el futuro.

Entiende que los amigos vienen y van, pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño.

Esfuérzate en no desvincularte de algunos lugares y costumbres, porque cuanto más pase el tiempo, más necesitarás a las personas que conociste cuando eras jóven.
Vive en una ciudad alguna vez, pero múdate antes de que te endurezcas.
Vive en el campo alguna vez, pero múdate antes de que te ablandes.

Viaja.

Acepta algunas verdades ineludibles: los precios subirán siempre, los políticos siempre mentirán, y tú te envejecerás; y cuando seas viejo añorarás los tiempo cuando eras jóven... los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niños respetaban a los mayores.
Respeta a los mayores.

No esperes que nadie te mantenga, pues tal vez recibas una herencia, tal vez te cases con algún rico, pero nunca sabrás cuánto durará.

No te hagas demasiadas cosas en el pelo, porque cuando tengas 40 años parecerás algien de 85.

Sé cauto con los consejos que recibes y ten paciencia con quienes te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia. Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cesto de basura, limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo, dándole más valor del que tiene.

Pero hazme caso en lo del protector solar.

Hermano y hermana juntos lo lograremos.
Algún día un espíritu vendrá y te llevará hasta el final.
Yo se que te han hecho daño, pero yo estaré ahí esperándote.
Y estaré ahí sólo para ayudarte cada vez que pueda hacerlo.
!Todos somos libres!
Todos somos libres...
Esta es la transcripción del siguiente video.
Gracias Lina, por compartir esto conmigo.