No hay tiempo que no se cumpla, ni plazo que no se llegue...
Después de mucho esperar, de tanto soñar algo, de pronto te das cuenta que ya pasó y que todo está hecho, te das cuenta que no hay más por hacer y que es momento de cerrar ciclos, de soltar las cosas, recapitular lo vivido, lo aprendido y seguir adelante.
Hoy siento que la película de los últimos años de mi vida está corriendo sin parar en mi cabeza, momentos de llanto, de risas, de aprensión, desesperación y plenitud, tantos momentos indescriptibles por las emociones y sentimientos encontrados que ese alguien logró provocar en mi.
No quiero y no puedo llorar porque sé que así debe ser, las voces de tantas y tantas personas diciéndome "ya déjalo ir" retumban y retumban en mi mente, sin embargo la satisfacción de haber dado rienda suelta a la razón y finalmente al sentimiento me deja tranquila, pero sobre todo el grato recuerdo de lo que fue, de lo que viví, de lo que logró en mi y de lo mucho que me ayudó a crecer como persona. Hoy prefiero callar y así evitar los comentarios a favor o en contra.
A quienes compartieron a mi lado estos momentos agradezco infinitamente, ya que su apoyo en los mejores y en los peores momentos hicieron llevadera esta historia.
El ciclo está cerrado. A ambas partes sólo nos queda la complicidad, el recuerdo, el gran cariño y los mejores deseos para seguir adelante cada quién con su vida. El mañana... no lo sé, la vida se encargará de cruzar nuestros caminos y en una mirada recordaremos todo lo que un día fuimos.
Después de mucho esperar, de tanto soñar algo, de pronto te das cuenta que ya pasó y que todo está hecho, te das cuenta que no hay más por hacer y que es momento de cerrar ciclos, de soltar las cosas, recapitular lo vivido, lo aprendido y seguir adelante.
Hoy siento que la película de los últimos años de mi vida está corriendo sin parar en mi cabeza, momentos de llanto, de risas, de aprensión, desesperación y plenitud, tantos momentos indescriptibles por las emociones y sentimientos encontrados que ese alguien logró provocar en mi.
No quiero y no puedo llorar porque sé que así debe ser, las voces de tantas y tantas personas diciéndome "ya déjalo ir" retumban y retumban en mi mente, sin embargo la satisfacción de haber dado rienda suelta a la razón y finalmente al sentimiento me deja tranquila, pero sobre todo el grato recuerdo de lo que fue, de lo que viví, de lo que logró en mi y de lo mucho que me ayudó a crecer como persona. Hoy prefiero callar y así evitar los comentarios a favor o en contra.
A quienes compartieron a mi lado estos momentos agradezco infinitamente, ya que su apoyo en los mejores y en los peores momentos hicieron llevadera esta historia.
El ciclo está cerrado. A ambas partes sólo nos queda la complicidad, el recuerdo, el gran cariño y los mejores deseos para seguir adelante cada quién con su vida. El mañana... no lo sé, la vida se encargará de cruzar nuestros caminos y en una mirada recordaremos todo lo que un día fuimos.
1 comment:
Wow...que padre escribes y que bueno que hayas soltado las riendas, como dices, es lo mejor...la vida es para eso, para disfrutar :) Great Post.
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