En poco tiempo el Internet, el uso de los medios digitales ha tomado cada vez mayor relevancia. Los ojos de todos, incluidos los de los medios de comunicación tradicionales, comienzan a poner atención en dichas herramientas, donde la infomración generada por los usuarios es simultánea al momento de los hechos.
Estos canales, se han convertido en el objeto de deseo tanto de uso personal como de las compañías, ya que son vistos como un espacio para hacer negocios con un alto potencial de relacionamiento con aquellos que tienen intereses afines, e incluso como la vía para llegar a audiencias que de otra manera, difícilmente hubieran alcanzado.
Sin embargo, las redes sociales también se han humanizado, siendo así un espacio en el que la gente se ha unido para apoyar causas sin fines de lucro.
Llamados simples como donadores de sangre, avisos de accidentes viales, ayuda para temas como #Twestival, #TwitterySueteres, #Compartwitts y ahora #TerremotoenChile, han tenido lugar gracias a la aportación de muchas personas.
Sin embargo, es importante no quedarnos en la raya, punto en el que el hacer RT o formar parte de un grupo, no es suficiente.
El gran reto y oportunidad que tenemos es hacer un uso responsable de las redes sociales, en donde cada uno de nosotros, desde nuestra parcela y en la medida de nuestras posibilidades, aportemos no sólo con un click, sino con acciones que nos permitan alcanzar resultados concretos, que beneficien a aquellos que lo necesitan.
Es parte de nuestra responsabilidad como individuos, evidenciar cómo con organización, buenas intenciones y acciones concretas, se pueden lograr exitosos resultados que se reflejan en beneficios para nuestro país.
Desde la perspectiva de las relaciones públicas, es importante recordar que este también es un nicho actractivo para los grandes corporativos que buscan posicionarse como Empresas Socialmente Responsables. Es en este punto en el que como individuos tenemos que marcar la pauta y dar oportunidad de que la rueda gire para que las compañías se involucren y se acerquen a través de estos canales a las necesidades que se viven, para así contribuir a resolverlas. Estas acciones deben tener como fin último, no la venta de sus productos, sino acercarse a personas con intereses afines a las líneas de responsabilidad social que cada empresa lleve a cabo.
Los medios digitales y las redes sociales son un canal de inmenso potencial para dar a conocer las acciones, lineamientos y objetivos de las actividades de responsabilidad social de cada empresa, y llegar no sólo a los clientes y usuarios, sino también a personas que se interesan y apasionan por los mismos objetivos sociales de la compañía.
Laura Pastrana
Capítulo de colaboración para Conversación-ES
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