Por ese motivo esa noche me tocaba entrar en transe, para poder trabajar en temas que de otro modo tardarían mucho tiempo.
Me recosté en el colchón, cerré los ojos y con el oído comencé a percatarme de todo lo que estaba a mi alrededor.
Dejé la mente libre de mis propios pensamientos para ponerla en manos de la voz suabe que me hablaba.
Esta vez me hizo recorrer todos los chakras del cuerpo. Generamos campos de energía de distintos colores que cubrían y protegían mi ser por completo.
De pronto volví de la nada. Sólo tengo el recuerdo de ese momento en el que vuelvo a hacerme consciente de lo que estaba sucediendo. Mi mente se perdió durante un lapso de tiempo, mismo del que aún hoy, no tengo recuerdos.
La voz seguía dándome inestrucciones, algo contra lo que mi mente intentaba revelarse: Ubícate frente a una pantalla de cine, imagina una escena, divide la pantalla en 2, en una visualiza lo que eres y en la otra el como quieres ser, haz un "licuado" de ambas y saca una mejor Laura. A groso modo eso es lo que recuerdo.
Sigo sin tener claridad de lo que sucedió en ese tiempo que mi mente omitió, no sé lo que hicimos en la sesión y mucho menos si el resultado esperado se ha obtenido.
Sobre ese día, lo único que puedo decir es que de algo habrá de servir.
1 comment:
Muuuy interesante la experiencia, señorita Laura...
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