Era una reunión donde amigos cercanos se dieron cita.
Entre los invitados estaba él con su aspecto gris característico; esta vez el corazón de Cala latía de manera constante, pero no acelerada ante su presencia.
La gente se divertía entre vino y risas en la habitación casi vacía, donde la única mesa y la luz del sol que entraba por el ventanal eran la decoración principal.
De fondo se escuchaba música lounge, misma que fue interrumpida por el timbre que anunciaba la lelgada de algún invitado más.
Cala sin ser la anfitriona, abrió la puerta para recibir a una mujer que no conocía y a un jóven sin personalidad que le seguía.
Al reconocerla salió el hombre gris de entre los invitados para recibirla. En el instante en que se acercó, miró a Cala quien sin mayor explicación comprendió de inmediato la situación: era una más de sus aventuras fugaces.
Cala rompió el silencio con un "¡No, no, no!" viendo directo a los ojos al hombre gris.
En seguida caminó hacia la mujer, sacó fuerzas y la cargó hasta la salida mientras le gritaba: "¡Tiene Novia!", y azotó la puerta.
Ninguno de los recién llegados insistió en volver.
La reunión siguió como si nada hubiera sucedido.
Había bebidas de mango que endulzaban la tarde de convivio.
El hombre gris de manera galante se acercó a Cala, la tomó de la cintura con el fin de aproximarse cada vez más. Mientras le decía algo sobre la bebida y lo sexy de sus labios, con su dedo le embarró un poco de smoothie de mango e intentó acercarse para darle un beso; sin embargo no tuvo éxito.
Cala se alejó de él y de inmediato cruzó con miradas con Rebeca, quien había presenciado la escena.
Con su vestido rojo, Cala cruzó el salón, tomó su bolso y seguida de los rayos del sol se marchó del lugar para seguir con su vida.
Entre los invitados estaba él con su aspecto gris característico; esta vez el corazón de Cala latía de manera constante, pero no acelerada ante su presencia.
La gente se divertía entre vino y risas en la habitación casi vacía, donde la única mesa y la luz del sol que entraba por el ventanal eran la decoración principal.
De fondo se escuchaba música lounge, misma que fue interrumpida por el timbre que anunciaba la lelgada de algún invitado más.
Cala sin ser la anfitriona, abrió la puerta para recibir a una mujer que no conocía y a un jóven sin personalidad que le seguía.
Al reconocerla salió el hombre gris de entre los invitados para recibirla. En el instante en que se acercó, miró a Cala quien sin mayor explicación comprendió de inmediato la situación: era una más de sus aventuras fugaces.
Cala rompió el silencio con un "¡No, no, no!" viendo directo a los ojos al hombre gris.
En seguida caminó hacia la mujer, sacó fuerzas y la cargó hasta la salida mientras le gritaba: "¡Tiene Novia!", y azotó la puerta.
Ninguno de los recién llegados insistió en volver.
La reunión siguió como si nada hubiera sucedido.
Había bebidas de mango que endulzaban la tarde de convivio.
El hombre gris de manera galante se acercó a Cala, la tomó de la cintura con el fin de aproximarse cada vez más. Mientras le decía algo sobre la bebida y lo sexy de sus labios, con su dedo le embarró un poco de smoothie de mango e intentó acercarse para darle un beso; sin embargo no tuvo éxito.
Cala se alejó de él y de inmediato cruzó con miradas con Rebeca, quien había presenciado la escena.
Con su vestido rojo, Cala cruzó el salón, tomó su bolso y seguida de los rayos del sol se marchó del lugar para seguir con su vida.
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