Friday, September 22, 2023

Florencia

 *3 de Enero, 2012


Todos dicen que Florencia o Firence es una ciudad increíblemente hermosa, y ¡sí que lo es!. Se ha convertido en una de mis ciudades favoritas. 

Ocho días aquí es demasiado, aunque nunca suficiente para conocer todo. Me ha encantado caminar por sus calles iluminadas, sentir el ambiente navideño que en Milán no se sentía, comer pizza, panetone navideño, aprender que cada tipo de pasta va con un "jugo" diferente, probar sus gelatos deliciosos, disfrutar de las lindas plazas que tienen, conocer sobre las dos familias adineradas: los Pitti y los Medicci que impulsaron a grandes artistas como Dante. 
Cada rincón de la ciudad está lleno de arte, su catedral, sus edificios, iglesias, sus jardines, sus Palacios, haciendo que cada paisaje sea una fotografía en si misma. 

Tuve la suerte de quedarme en casa de Olga, una compañera de la universidad que vive acá. Ha sido súper linda al recibirme y acogerme junto con Neri, su novio; fueron mis guías turísticos, culinarios y me compartieron de la vida italiana con un toque de sabor latino, ya que cantamos canciones mexicanas acampanados de la guitarra y bailamos salsa al ritmo italiano.


De los italianos puedo decir que son en muchas cosas parecidos a los latinos, son hospitalarios, alegres, les gusta la buena comida y la fiesta. 

Como en todos lados hay de todo, hay a los que se sienten guapos y son pedantes, aunque a decir verdad los hombres son más abiertos que las mujeres, ya que la mayoría de la mujeres que vi fueron cortantes, cerradas y compiten contra todos.  Aquí también conocí a los que cumplen con el estereotipo del italiano que tenemos: los guapos, guapos, guapos pero que pierden el encanto en cuanto das el primer respiro cerca de ellos!! No se bañan, no se ponen desodorante, no se lavan el cabello y por lo tanto APESTAN!!, sumado a que son calientes y le tiran a todo lo que se mueve sin poder contener sus instintos. O la típica señora gordita, comelona, que cuenta su vida, que se ataca de risa a carcajadas guacalonas, atenta con los invitados, pero que grita por todo y a todos frente de quien esté.

Lo que no olvidaré de este lugar: Los paseos y paisajes en tren, sus calles y plazas pintorescas, que no festejan el 24 de diciembre, lo rica que es su comida (aunque casi muero de tanto comer en Navidad 25 de diciembre), haber paseado en motorino por la ciudad de noche después de una noche de mojitos, así como subir al mirador "con los frenos de la moto descompuestos" para disfrutar de la vista que me enamoró de Florencia. 
Bailar salsa en la cocina del departamento, lo fatal que es su internet (en ningún lugar tienen WIFi), que entre los hombres se toquetean aunque no sean gays excusándose en la falta de mujeres y en lo cerradas que ellas son, que es delicioso despertar con un buen café italiano, aunque yo lo tomo con leche porque es muy cargado,  que en las tiendas se enojan si agarras cosas de las vitrinas, que hay aclaraciones que aunque parecieran lógicas aquí tienen sentido como: "el perfume se pone cuando uno está limpio", el haber salido a pie a primera hora del día de una casa en la montaña harta de unos italianos pubertos, idiotas y drogadictos, caminar con todo puesto y la maleta en mano por la carretera para llegar al pueblo más cercano para tomar el pullman que nos llevaría a Siena y de ahí tomar un  tren que después de casi 9 horas nos haría llegar a casa para festejar no sólo nuestra llegada, sino también la del año nuevo. 

En Italia me hice consciente de lo importante que es para mi el orden y la limpieza, que ahora tiene para mi un sentido distinto la puntualidad (aquí no tienen muy claro lo que significa esa palabra), de la estrella tan grande que traigo y lo protegida que estoy, ya que cada que a cada lugar que voy tengo "suerte" de encontrar entradas o promociones como el que el último martes del mes la mayoría de los museos sean gratuitos y "coincidentemente" yo esté ahí, así como personas acomedidas, dispuestas a ayudarme cuando lo he necesitado.

Si bien me ha gustado mucho este país, definitivamente no lo elegiría para vivir.

Arrivederci Italia!!!
Halo Köln!!! 

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