Enero, 2012.
Nota: para hacer justicia al tema del cambio de planes del que hablo al despedirme del 2011...
Estaba ahí, una noche antes de año nuevo, camino a la montaña con un italiano que no paraba de gritar "Madonna puta", tocar el tláxon como un desesperado y fumando sin parar.
Llegamos ahí para encontrarnos con el club de Tobby y el club de Lulú, por cierto este último sólo hacía caras y mostraba su poco interés en convivir.
De un momento a otro el olor encerrado a mariguana nos invadió. ¡Pubertos idiotas perdidos!
Salimos al pueblo, donde ya no había mucho por hacer. Disfrutamos del frío que traía el viento, o al menos yo lo disfruté, por fin aire puro!!
Regresamos a casa y el novio de mi amiga, se puso loco porque nadie quiso ir a dar un paseo, porque yo iba a dormir en la misma habitación que ellos y no podría libremente desfogar sus ganas, aunque en realidad nunca le ha importado estar frente la gente dando espectáculos. Se desquitó gritándome y diciendo que yo era una mal agradecida y poco flexible ante sus necesidades.
A la mañana siguiente, su novia y yo, agarramos nuestras cosas y salimos caminando desde la montaña con las maletas y abrigos puestos hasta la carretera más cercana.
Dispuestas a caminar sobre la carretera para llegar al pueblo más cercano, pedí que llegara alguien bueno que nos llevara al pueblo, y me lo enviaron.
Un señor como de 60 años, se acerco a ayudarnos y nos llevó muy amablemente en su auto.
Esperamos un rato para tomar un bus de mas de tres horas a Siena, para ahí tomar un tren que nos llevara a Florencia.
31 de diciembre de 2011, 19:00hrs.
Llegamos a Florencia para pasar Olga y yo un año nuevo inesperado, lleno de alegría por no estar con tan desagradable grupo, luces, música en las plazas de la ciudad y una cena tradicional italiana: lasagna, pizza y gelatto.
Feliz y agradecida de empezar el 2012, en un mejor lugar que el planeado.
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