Wednesday, August 11, 2010

Buscando mi centro

Era la segunda vez que acudía a la cita.
Acelerada por el tráfico y la presión de llegar a tiempo tomé asiento y comenzamos a platicar sobre mi semana. Esta vez no tuve mucho que contar, no porque no hubiera pasado algo reelevante, sino porque no consideré importante platicarle que una vez más había caído y que habia cosas que sabía que no estaban en mis manos pero que en algún punto y en cierto grado me hicieron perder la calma.

Comenzó explicandome la importancia de encontrar mi propio centro, ese punto del cuerpo en el que se manejan las emociones. Con el fin de aprender a controarlo y mantener la calma ante la angustia, así como momentos de presión.

Para poder dar con él tuve que identificar en qué tipo de actividades me siento cómoda, qué momentos me generan una sensación de tranquilidad, de paz, de satisfacción, al grado de olvidarme del mundo, del tiempo y fijar mi atención tan sólo en mi mundo interior. Estos momentos no fueron complicados de identificar: al correr y al escribir.

Sin embargo aún tenía que identificar el punto del cuerpo de donde emanan las emociones y donde son percibidas, es decir, mi centro. Me recosté en un colchón, cerré los ojos y durate aproximadamente hora y media, guiada por su voz, tomé conciencia de todos y cada una de las partes de mi cuerpo. Este ejercicio me costó más trabajo, ya que aún cuando veía cómo salía luz de la boca del estómago, al recordar sensaciones de bienestar o de alguna emoción, también sentía el pecho vibrar.

Para poder poner en práctica y entrar en mi centro de manera conciente, me dejó de tarea intentar mantener la calma y recordar la sensción de bienestar ante cualquier emoción. Otro ejercicio es que al entrar a alguna habitción o al cruzar una puerta, un marco, me mentalize a que lo que pase estará bien y a que ante cualquier circunstancia estaré protegida mediante un campo que me cubre y cobija desde el centro de mi; tarea nada sencilla.

Aunque aún no identifico de manera puntual el centro de mi cuerpo, sin embargo he reafirmado que la actividad que me permie adentrarme en mi, que me hace olvidar por completo el mundo que está a mi alrededor y que me conecta con lo más profundo de mis pensamientos, sentimientos y emociones es escribir.

Es gracioso ver a la distancia que lo que hoy es uno de mis pasatiempos favoritos, hace tiempo fue el motivo de mis quejas y renuencias a tener un blog, ya que era una actividad que poco me motivaba, y esto fue plasmado en mi primer post.
Bien dicen que el 30% de las cosas es lo que sucede y el 70% es cómo reacciones ante ellas.
Quizá aún no encuentro mi centro, pero sigo trabajando en identificarlo, así como mis reacciones y momentos de ansia y calama para poder tomar control de mi ante el mundo externo en el que no tengo ingerencia.

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