Thursday, August 26, 2010

Un día sin celular

No sé en qué momento dejó de ser un accesorio para convertirse en una necesidad ¿o tal vez es un vicio?

Actualmente mi vida está rodeada de dispositivos que me conectan de manera permanente con el mundo: teléfono celular, netbook, pc... Todos evidentemente con acceso a internet.
Los anteriores son herramientas tecnológicas que contribuyen con mi productividad y comunicación... !Patrañas¡... Se ha vuelto mi vicio.

Duante 24 horas vivo conectada, rodeada de información, con acceso directo a todas las redes sociales, en especial a mi favorita: Twitter.
En esta última he encontrado amigos, comparto cómo estoy, qué hago, a dónde voy, subo fotos, me entero de las noticias, de lo que le pasa a mis amigos, de lo que sucede en la industria, concreto cosas de trabajo, organizo mi vida social y un sin fin de actividades más.

Aunque durante el último año mi queja eterna ha sido que mi celular no es tan inteligente como lo presume su nombre, "smartphone", hoy que salí de casa sin él siento que me falta una parte de mi.

El celular es el aparato que me acompaña todos los días, a todas partes y a todas horas. En pocas palabras el medio que conecta con todos aquellos igual de adictos que yo y que viven conmigo lo que me pasa, aún en la distancia.

Todas las mañanas lo primero que hago es abrir el ojo gracias al despertador de mi celular.
Abro twitter para saludar y desear a todos buen día, de camino al gimnasio o a la oficina checo las noticias y lo que está pasando a través del internet móvil, reviso correos de la oficina, me conecto al messenter, tengo largas conversaciones telefónicas con mis amigas, mando mensajes, organizo mi vida social, tomo fotografías y las edito para subirlas a FB o Twitter. Aunque no funciona bien en mi teléfono, si me pierdo checo en google maps la mejor ruta para llegar a mi destino, coparto en twitter lo que me pasa durante el día, hago check in en los lugares que visito, reviso la cartelera antes de ir al cine, tomo notas, grabo audios, agendo mis citas en el calendrio, checo la hora, divido las cuentas en la calculadora. Mi última acitividad del día también es através del celular, ya que todas las noches me despido del mundo y programo el despertador antes de quedarme dormida con el celular justo a mi lado.

Estar enchufada a estos aparatos se ha vuelto una forma de vida, un vicio en el que convergen ambos mundos: offline y online y del que confieso no me parece atractiva la idea de separarme.

Hoy al volver a la época de la desconexión por un olvido, cruzan varias ideas por mi mente: ¿cómo era la vida antes de todos estos avances tecnológicos? ¿de dónde surge la necesidad de información que vivimos actalmente? ¿para qué tener tantos canales y vías para comunicarnos? ¿por qué querer compartir con gente que ni conocemos mucho más de nuestras vidas? ¿por qué me interesa saber qué es lo que está pasando, qué está diciendo y qué está haciendo esa gente que leo a diario? ¿estaré dejando de vivir y disfrutar el mundo offline al 100%?...

Aunque en un principió pensé que no lograría conservar la calma ante la desconexión, decidí seguir el mantra de los alcohólicos pero con una ligera modificiación... "una hora a la vez".
Son las seis de la tarde y estar offline no ha sido tan malo, incluso hasta una sorpresa me llevé: hoy por primera vez en 2 años recibí una llamada de casa a mi teléfono fijo... como en los viejos tiempos.

1 comment:

Anonymous said...

Es el mal de nuestra era! un beso. Carmenchu