EMPUTADA, simplemente ENCABRONADA, esas son las palabras que describen en este momento lo que siento.
Por sexta ocasión, bueno ya ni la cuenta llevo, algo le pasa al refregado coche!!!
Concretamente me acabo de estrellar contra la pared bajando por la rampa del estacionamiento. Se patinaron las llantas, no agarraron los frenos y me estampé. La puerta del copiloto no abre, está raspado y sumido.
Una vez más lo poco que tengo ahorrado se va a ir en repararlo.
¡Estoy harta de él!
El día que me llamaron para decirme que me lo había sacado en la rifa de Chrysler juré que era lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, un buen coche a bajo costo. ¡Tonta yo! Me han salido más caros cada uno de los choques que me han dado, la estampada contra un camión y el cristalazo en el que se robaron mi bolsa con más de 20 mil pesos contando la computadora y la plata que estaba vendiendo.
Hoy estoy segura que la teoría del Sr. Perro es correcta. Hay coches salados.
Sé que debo estar agradecida porque no me pasó nada, porque paró en lo material y punto, pero me puede la maldita idea de quedarme una vez más sin auto para moverme, el tener que invertirle más dinero y tres que se posterga su venta, o sea el capital que necesito para mantenerme en España.
Encabronada, simplemente encabronada por haberme sacado al tigre de la feria en rifa, sin saber que al llegar a casa el tigre me iba a comer.
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